jueves, 25 de febrero de 2016

LUIS ARMENTA MALPICA



  
[clavel de todos]



Hace mucho silencio que el vidrio
de mis labios no se quiebra. 
Este clavel ya no me deja el agua
de la palabra rosa. 
Ha muerto mi madrastra 
(quien ungiera de alcohol lo que escribimos).
Sus ojos arrogantes ya sin gritar porqué se clavan en las manos
y ese pecho que tiene de infarto a la familia
los últimos cinco años.
Me llevó varios duelos antes de sepultarla 
y con tal compasión (ella dijo insolencia) que soy más pobre en rosas.
La piedra de sus puños aún resuena en mi sangre 
con cada coz palada de ceniza que dejó por herencia
a quienes no la amaron.
Este clavel nos une para que deshojemos
el llanto de su envidia
y pueda seguir río que escuchamos de cerca 
pero ya no nos hunde.


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