sábado, 19 de marzo de 2016

HUMBERTO JARRIN




Que dos silencios hacen una voz



Mis ojos oyen el grito
de tus ojos ausentes,
incendia la lámpara de mi voz
con tus llamados,
hasta los huesos están llenos de luz,
y sin embargo a su pesar
es oscuro
el proceder de los labios,
que no atinan a entrar en conjunción.
Dónde estás amigo que no te hallo,
hasta hace poco eras latido,
golpe de arma, golpe de rama,
árbol universal florido,
raíz y fruto unido a todos,
ahora disueltos y mudos sin tu voz.
Dame, dame quejas
desde esas dos habitaciones de la luna
en que seguro estás,
dame rayos a recibir,
dame ayes del ayer trunco,
tírame aguas de sal abiertas,
destellos con sabor a sangre,
señales de luz inversa por donde te pueda seguir,
están mis espejos vacíos,
secos,
y con los párpados abiertos a recibirlos,
tiéndeme un puente húmedo,
puro
en que también pueda rodar
y llegar al sitio del que no puedes salir
y salpicarte con algo de mi sangre aún con luz,
decir relámpagos
donde habría que decir palabras,
dolerme paralelo a tus huesos,
susurrar donde hay ayes
y hacer silencio oscuro
contigo a una sola voz.
  

De: Breviario de amor oscuro.



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