Mis
recuerdos
Como
llaga y carne
como relámpago y sus días de calma,
en el último rincón de mis pupilas,
los guardo uno a uno
los camino siempre
como viajera inagotable:
cada piedra, cada hoja, cada canción.
¡Hay vida, rica mía, cómo me dueles!
como relámpago y sus días de calma,
en el último rincón de mis pupilas,
los guardo uno a uno
los camino siempre
como viajera inagotable:
cada piedra, cada hoja, cada canción.
¡Hay vida, rica mía, cómo me dueles!
Del libro Defensa del Amor
No hay comentarios:
Publicar un comentario