martes, 28 de junio de 2016

ALÍ CALDERÓN

  

Régle sommaire et génerale: en amour gardez-vous de la
lune et des etoiles, gardez-vous de la Venus de Milo.
Charles Baudelaire




CUANDO CHARLES BAUDELAIRE
leyó los versos de Villon el viejo
habría levantado la mirada,
dirigido certeros venablos pupilares
a las puertas dulces de la Librairie Nouvelle
del igualmente dulce y decadente Boulevard des Italiennes;
allí encontraría, sin duda alguna,
antimodernos paisajes lunares,
litografías de estrellas magníficas
y ese mármol de Milo
del que invariable se guardaba tanto.
Era ella que al modo de un ejército triunfante
cruzaba por el vano
coronada en guirnaldas:
                                    la magnificencia de Jeanne Duval.


Sin embargo, Karla, te aseguro
que al regresar Baudelaire a su alcoba
del Hotel Pimodan
magnético por la convulsión de la belleza
no sintió por ella ni la centésima parte
de lo que hoy estoy sintiendo por ti.


No hay comentarios:

Publicar un comentario