Mi abuelo compró una barca
de
madera de ciruelo.
La echamos
en el estanque
donde
se refugia el cielo.
La
barca no tiene remos
ni
velas, ni marineros.
La
empujan vientos de espuma,
Alegres
titiriteros.
Las
aguas surca la barca
de
madera de ciruelo,
la
barca llena de vida
que
un día compró mi abuelo.
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