domingo, 11 de septiembre de 2016

MARÍA SANZ




La última esperanza



Todavía conservo
la última esperanza
como un bien heredado
de todas mis carencias,
porque el dolor la exige
más y más cada día,
porque tanto silencio
lejano, perdurable,
descubre su horizonte
de infinitas llanuras.
La última esperanza
que conservo detiene,
como el dolor, mi vida
a las puertas del tiempo.  


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