lunes, 19 de septiembre de 2016

MARINA KOHON




de los Ocho Jinetes y los presagios blancos…



Ocho jinetes bordearon luto
alrededor de un blancor de luna
bajo su reflejo, a tientas
me desvestí de mí
buscándote en las orillas de los velos

mis pasos sabían que eras
una sed de arena y piedra

descreí de mis ojos
y seguí buscando las letras de tu nombre.

Por vos abrí mi aire
hasta encontrarte en una grieta del silencio
aturdido, amordazado en tus visiones

como bruma
te cubrí
y vos bebiste de mí
una, dos, tres veces con furor de lava

Te consentí las notas extrañas
para que resucitaras entre mis muslos
de presagios en las noches.

Soñamos, soñamos juntos en la belleza.

Tomaste de mi vientre muchos hijos
que se multiplicaron en el viento
y yo dancé ciega en las opacidades de tu alma.

Todo lo que vi era cierto.
Todo era mentira.

Hasta que los jinetes
trazaron su círculo profético
y mi pecho conoció tu filo.

Me volví jirones en la luz de la imagen

desquiciada me quité los metales
uno a uno
desoí tus ecos
salté
salté


En la distancia
aún escucho a las grietas gemir su sed.
Todo lo que escucho es cierto.
El silencio es la mentira.



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