1.
Me
castigó
Dios
y me emborraché
y me
caí en el embalse y
me
hinché
como
una vaca
soy
yo
lo
que te jode los poemas.
Ahora
levemente tenso
y
gracias a modernas morfinas
escribo
poemas sinceros y mierdosos
mientras
la novia en las colmenas
abstracta
y sanguinaria
silba
a los que emigran.
Con
frecuencia acabas haciendo el poema de siempre
para
luego arrepentirte por no haber arriesgado más.
Suavemente
el pequeño anormal
corta
los cebos del caballete
y
bebe las hormigas de mi pie
en la
bodega de los hostiones.
Las
mutaciones de las bailarinas
nos
animan. Una vida
mirando
la cena puede ser otra cosa.
Sólo
el poema destructivo vale.
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