martes, 18 de octubre de 2016

VÍCTOR PÉREZ




3.



No se me ocurrió manera más violenta, ni arma más rastrera
ni evolución más altiva y desesperada.
Aterrizan en las avenidas sobre un tobillo.
Se coordinan con la naturaleza como símbolos de la belleza salvaje del estado.
Amé las tendencias de la sociedad y, a veces, la mera impostura
en los documentos pasionales. Hoy, por fin, me cuelgan.
Soy la bendición de un engendro y la postulación de un salteador.
Dientes y entrañas en las lecturas magnéticas de los semínolas
provocan una puerta temporal tortuosa desde hace siglos
para que no me olvide de mis oraciones y coma mis cereales
tengo los ojos marrones y la tez pálida
voy caminando a la ciudad porque mi fe es conmovedora.
A tomar por culo la bicicleta.
El amigo maricón de la chica se corta el cuello en vacaciones
y yo broto del espantapájaros y me anuncio desde lejos
fumando lentamente una yerba temible.
El FBI encuentra los instrumentos
y a mi tío Vitoriano despedazado por fans rabiosos que querían entrar en la banda,
soy leal como un cerdo, cuando vigilo a las chicas dulces
sólo recuerdo mi monopatín aparcado en la hierba.
Vigilo el aparato mientras desembucho.
Soy un experimento del gobierno que ha acabado muy mal.
Mira cómo mantengo mi centro de gravedad y espero cuidadosamente bajo la sábana desde 1989.
Llevaros mis nudillos para los feriantes.
Oh Derrida mi puerca garganta te pide un hotel.
fumaremos un porro detrás de otro hasta que nos sangre la boca
seremos los que buscan suerte en el ocaso de la genética
como una élite guerrera en una buena noche.
Me va a salir un cáncer como un caballo
nunca di soluciones poemáticas a ningún ayuntamiento
dibuja en tu tierra la luna por debajo de los árboles
donde la audacia y el valor no sirvan de nada
me está saliendo una banda de rumanos en el corazón
yo estoy muy burro porque no sangro
desde el 98.


No hay comentarios:

Publicar un comentario