sábado, 1 de abril de 2017

ISABEL FRAIRE




El tiempo vuelto a perder



intento varias veces releer un párrafo de Proust

sentada en una banca del tren subterráneo

junto a dos jóvenes mal vestidos
que hablan alborotadamente en un idioma extraño

frente a carteles enormes que anuncian inversiones
y pomadas para el pelo

no entiendo nada

CONCLUSIONES
no hay que intentar leer a Proust en el tren subterráneo

no se puede leer a Proust en 1974

Proust ya no es válido

lo que no es válido es el tren subterráneo

no entiendo a Proust porque no entiendo el tren subterráneo
no entiendo el tren subterráneo porque estoy llena de Proust

todos estos sentidos son proustianos

Proust es el ojo el tren subterráneo es el objeto

nunca hubo identidad entre ojo y objeto

1974 es la fusión de Proust y el tren subterráneo
en el ojo de su incompatibilidad




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