martes, 23 de mayo de 2017

MIGUEL ÁNGEL FLORES




Estación de la niebla



La niebla desciende sobre el puerto
Con pasos de silencio
Avanza sobre casas y rostros espectrales
Cruza jardines en ruinas
Ventanas ciegas
Puertas condenadas
La noche duerme sobre nuestros pechos
Inventario de horrores en patios
donde anida la tristeza
La garganta ensangrentada reza:
Señor apiádate del mar
Y sus verdugos
Señor apiádate de quienes
Manchan el pan y la sal
Y celebran eucaristía de desaliento
Señor apiádate de las muchachas
Vestidas de dolor y desnudas de odio
Apiádate de quienes guardan un gusto de ceniza
en los labios después del beso del amor
Señor apiádate de las mujeres que amé
Y que nunca me amaron
Y si en tu infinita misericordia
Aún queda sitio para quien te invoca
Apiádate de mí



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