Inscripción
Tus
ojos, Lesbia, el agridulce
combate
a ciegas de la lengua
que
es tu victoria y mi derrota,
serán
futuros himnos, trazos
en
una lámina de mármol
de
los altares de Afrodita.
Pero
el sabor a campo abierto
en la
batalla y, más aún,
este
gemido que se escapa
tras
el fragor de la contienda
me
pertenece, aunque sea tuyo
su
territorio al fin del día.
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