Efectos especiales
Qué
tanta pureza
en los
registros básicos
de esta
memoria.
Qué
tanta memoria
en las
formas que se dejan ver
para
que las nombremos.
Vacías
así como están,
vacías
como guantes vacíos
navegando
sobre el tiempo pleno.
Pero
ahora resulta
que ese
mismo tiempo, ni siquiera existe.
Ridículo
todo, obsesionado de sí mismo:
Que
alguien me explique a los disueltos
a los
voladores
a los
desintegrados.
Que
alguien, cualquiera, me saque a bailar
y me
hable al oído
y me
haga entender que todo
tiene
su precio.
Y ya
que dije tiempo y memoria y vacío,
pasen y
vean
lo que
se proyecta en el techo
mientras
intento dormir:
el
bosque está en flor y la perra
amada,
muerta.
Si
ahora digo “amor” y “muerte”
En
cualquiera de sus formas permitidas
(que en
paz descansen)
seguro
que se te hace un nudo en la garganta.
Pero no
lo olvides: miento.
A ver,
veamos lo que dice ahora
(ya que
seguimos acá,
ya que
seguimos mirando el techo).
Es algo
duro como un hueso:
El
poema es el arma de fuego,
el amor
es un tiro de gracia.
Pero no
lo olvides: miento.
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