Ofelia o el abandono
Ahora
cerrará los ojos
cruzará
las manos sobre el pecho
e
imaginará que sostiene
un
manojo de hierbas.
Es
perfecta.
Tiene
el pelo brillante
y los
labios relucientes.
Si
finalmente la hubieran llevado
los
mendigos o los actores con ellos
estaría
bailando y por supuesto
ya no
sería virgen, ni siquiera rubia
y acaso
ni danesa.
Pero el
destino es la elección obligada.
Y va
demente de río en río:
morir /
dormir / soñar
morir /
dormir
soñar
con la eternidad del cuerpo.
Pero el
agua es fría y corre
y ella
es más fría
y
pálida
con
venas azules y la sangre helada.
Sus
piernas son blancas,
sus
piernas son tan blancas.
Y las
uñas de sus pies son iguales
a las
uñas de sus pies a los diez años.
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