viernes, 18 de agosto de 2017

SANTIAGO GRIJALVA







La leche materna
no me pertenece.

Recuerdo que no fue mi deber
cargar contigo
por nueve meses.

Hijo,
eres el reflejo
de tu padre
al otro lado del espejo.

Por esta razón eres
el niño que duerme
hasta el anciano que se abandona en su canto.

Los cuentos de animales
te habitan
y te impiden recordar.

Niño Amazonia,
la ciudad no te dejó nacer.



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