El presagio de la inercia
Mi voluntad tiene la forma de un pájaro
muerto,
abierto y quieto en el aire.
Presiento
cómo extiende
compasivo
su
escondite de plumas cenizas
debajo
del sol
y
encima de mi libertad.
Sobre
este camino desnudo
también
hace frío de los simulacros celestes
que
sobrevuelan la Tierra.
Ya
una vez creí escuchar
las
campanadas de mil parpadeos
anunciando
una visión de mí
abandonada
en los desagües del desierto.
y
otra vez
bajo
esta sombra
los
ojos se entreabren como labios
en
medio de todas las palabras.
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