Regresar
sin
saber de las voces
que
inscriben y borran
el
vaivén inevitable de ignorar
dónde
arriba
dónde
abajo
aún de
conservar el voto del plumaje
Regresar
sin
mediar evidencia alguna
confesión
a hurtadilla
ni
pálpito de culpa
sin
silbo que arrecie
o haya
oriente
o mar
embravecido
sólo
tus ojos en medio del caos
como
dos agujeros
donde
la luz no era un punto
pero sí
un derramar de agua
para
abrevar en los ríos de la creación
y yo
muda
a la
mitad del nudo
prestando
mi lengua a tu misericordia
cantando
a borbotones alabanzas
de las
que no puedo constatar
salvo
la marca de resplandor
en mi
garganta
y yo ya
no soy yo
y tú no
eres tú
quizá
ahora sólo huella del azoro
o letra
negra sobre piedra blanca.
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