miércoles, 25 de octubre de 2017

VANESA PÉREZ-SAUQUILLO




A enemigo que huye…
… puente de plata
(Anónimo)



no sé cómo no vi
que un río me nacía de los pies
desde hace tanto tiempo.
Ni cómo te mojabas los tobillos
y mirabas la tierra más allá.
Ni cómo poco a poco
habías ladrado el puente,
noche a noche,
en la monotonía de las noches
que pesan
hasta que se le rompen las asas al sentido
pero que sólo entonces, sólo muchos después,
revelan su desgarro o su creación.
No sé. No me di cuenta.
Sólo falta la plata.
Es fácil. Me dijiste. Llora un poco.
Tanto amor para acabar así,
orfebre de desdicha
brindándole un espejo a tu pisada.



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