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por
momentos quisieras esconderte
embaularte
en algún lugar innominable
como un
fantasma doblado en el ropero
un
rótulo de identidad en tu escritorio
los
escritorios suelen guardar
incluso
en sus gavetas
las
llaves que los abren
habitar
esas gavetas
con el
alma inubicua de las llaves:
las
llaves nunca están donde se buscan
De: “Deo volente”
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