jueves, 9 de noviembre de 2017

JORGE MANZANILLA


  

Luzma, 1990



I

Cierro los ojos en el cuerpo enfermo de tu padre
la cabellera de la niebla arropa el copal
de todos mis nombres.
Ramiro es el hijo más pequeño de las aguas
el único sin la parvada de odio.
Vivimos a las fueras del féretro
aquí todos mueren
con el vaso de leche
en los huesos.
Estamos solos con el sueño atragantado
ya nadie digiere la rutina.
Me duele hasta el filo de los fríos.


II

Ramiro ve por la leña verde
mañana usaremos la fogata por los ojos.
Mi dinero está en el último bolillo
guarda mi hambre en tus encías.
Me llamo Luzma cuando el café
empieza a hervir lejos del viacrucis
sin el Cristo en llanto
sin la cabeza al olvido.
Cortamos la semana santa
con el cordón umbilical.
Ramiro ve por la leña verde
Dios quiere quemarnos de salmos.


III

El cielo duerme atrás de la puerta
afuera están las vísceras del mundo.
Mi refugio está en la única playera de Ramiro
la saliva de su padre
reseca los infiernos.
Junta mis palabras en silencio.
Todos los días el pueblo
nos llega hasta el estómago.

La luz maldice con nosotros
aquí falta todo, incluso despertar.


IV

Desde el fuego siembro mi alma
uso al viento contra el sueño de Ramito.
Hace falta dormir
extrañamos dormir.
Quiero arrancar la hiel
pero la oscuridad nos está soñando.

Has cambiado Ramiro
apareces en sandalias rotas
y con el rosario en la boca.
Miro tu espalda y cosecho el silencio.



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