viernes, 8 de diciembre de 2017

JORGE RUIZ DUEÑAS




Evángelos

para Niki, nuestra cronista en Creta



Evángelos murió en septiembre
como la palabra en la tinta

El mensaje nubló la sonrisa de mis hijos

Les digo que no le conocí
y la geometría del azar me contradice

Quizá mojamos nuestros dedos
en la fuente Morozini
alguna tarde camino de la Fortaleza

Acaso le escuché a hurtadillas 
hablar del Taurocéfalo bajo el sol de la historia
o seguí sus pasos en el Megaron de la reina

No lo sé
Les digo que no le conocí
pero tampoco puedo asegurarlo
porque el otoño sella la memoria

Les digo también
que pudimos sentarnos
en medio de alguna callejuela
No hablaríamos mucho
rodeados por el vocerío de los niños y el busuki
Señalaríamos
                      sin azoro
alguna nube
sobre el mar incandescente

Insisto en que no le conocí
pero
ambos podríamos decir
que la pasión es el silencio

Ahora lo sé
Evángelos no murió en septiembre
como la palabra en la tinta
lo digo para mí
                        que espero

Y él
       probablemente me susurra:
el mundo es icono de sí mismo 
como la palabra en la tinta
desnuda y sola


De: “Cantos de Sarafán”


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