Evángelos
para Niki, nuestra cronista en Creta
Evángelos
murió en septiembre
como la palabra en la tinta
El
mensaje nubló la sonrisa de mis hijos
Les
digo que no le conocí
y la
geometría del azar me contradice
Quizá
mojamos nuestros dedos
en la
fuente Morozini
alguna
tarde camino de la Fortaleza
Acaso
le escuché a hurtadillas
hablar
del Taurocéfalo bajo el sol de la historia
o seguí
sus pasos en el Megaron de la reina
No lo
sé
Les
digo que no le conocí
pero
tampoco puedo asegurarlo
porque
el otoño sella la memoria
Les
digo también
que
pudimos sentarnos
en
medio de alguna callejuela
No
hablaríamos mucho
rodeados
por el vocerío de los niños y el busuki
Señalaríamos
sin azoro
alguna
nube
sobre
el mar incandescente
Insisto
en que no le conocí
pero
ambos
podríamos decir
que la
pasión es el silencio
Ahora
lo sé
Evángelos
no murió en septiembre
como la palabra en la
tinta
lo digo
para mí
que espero
Y él
probablemente me susurra:
el
mundo es icono de sí mismo
como la palabra en la tinta
desnuda y sola
De: “Cantos de Sarafán”
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