Canción
El mal no
está en la tierra, ni en el pueblo, ni en su gente.
Yo soy
quien se equivoca.
La
enfermedad es dentro de mí y no vive en nadie más.
Yo soy
el que se convierte en estatua de sal.
Sueñen
tranquilos, los malos no duramos mucho en el
/cementerio.
De: “El ojo lleno de dientes”
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