Sed del Dolor
Ciego
caminante de las sendas
de las
constelaciones.
En la
noria de luz donde viven las lágrimas...
sed de
dolor, los pétalos has secado como una tierra cálida.
El
llanto de la tarde se apagó en la montaña.
Las
palomas del sueño se han herido en las alas.
La
infinita ternura con que el olvido
acuna
el dolor,
para
hacerlo dormir.
para
hacerlo olvidar,
es una
queja vaga, rezagada en la arena
donde
el dolor se abre,
pero el
agua no llega.
Horadando
los cielos,
a las
nubes se han ido,
a la
luna se han ido, los labios del dolor,
y las
nubes de agua,
y la
luna de agua,
no han
mojado los labios de la sed del amor.
En el
llanto de noche que en la grama amanece,
en la
última queja que sangra de la boca,
en la
fuente del alma que el helecho naufraga;
en todo
lo que es agua,
la sed
de mi dolor
no ha
encontrado su agua.
Ni el
vino de los viejos recuerdos,
ni el
licor de la mística oración de la sombra,
ni el
óleo de la lámpara,
ni la
lluvia de estrellas,
ha calmado
la sed, la sed de mi dolor.
Dolor
que ha bebido todas las aguas vivas,
dolor
que ha bebido todas las aguas muertas.
La sed
de mi dolor sólo espera un retorno,
para
calmar su sed
de
lámparas eternas!
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