sábado, 20 de enero de 2018

MORIANA DELGADO




Sé por qué me acomplejan las tardes



La cuenca de estos ojos ha caído muerta,
guarda aguas grises, encajadas bajo la iris
Vive la misma imagen de tela y cubre el cuerpo adolorido:
Piensa lo mismo, abre la boca, mantente quieta.
Sólo quiero escribir como hombre.
Ser suficiente, desentrañar esos motivos que no vuelven.
Quiero un minuto a solas con la lluvia
pensar que un día dejaré esta cama,
sucia, de tus harapos impuestos.

Todos te dicen usa jazmín en la estela,
azula las paredes, cúbrete las manos, abre la boca
y elonga este tiempo.
Quiero pensar. Quiero pensar
en primogénitos condescendientes,
hombres que encasillan tus pasos,
decisiones dementes, de mentes encajonadas.
Sé por qué me acompleja la tarde,
por qué las culpas me cantan rezagadas.
No puedo pararme. He caído muerta,
Cansada a voces bajo el suelo.
Con mis ojos de resina, y tu fría caja de metal.
Córtame para que pueda entrar.
Tus espuelas me rasguñan la piel.
No escuché tu plegaria, no escuché tus pasos al entrar.
Tal vez nunca entraste y no puedo reclamarte.
Aún no doblan las campanas. Puedes estar feliz.
Escribir uno al día no es fácil.
Quiero muchas cosas,
quiero que el camino te queme y te cubra
y te vuelva a quemar.
Quiero pensar. Quiero pensar
en las costas de mis bravas memorias,
donde ningún nombre me vuela a nombrar.
Quiero pensar
tendré mi pasaporte al otro lado de esta frontera
donde no llueve nunca,
y no estoy enferma.


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