La sangre es difícil de lavar
Sus
manos quieren desteñirse
esas
manos sucias que no pintan las cañerías de lo que buscan deshacer
esas
manos que retienen y retienen.
Pues es
la memoria un atajo para las encrucijadas
a donde
nadie llega de cierto
donde
la sangre es difícil de lavar
donde
se yerguen proezas a antiguas leyendas
en el
agua espesa de un recuerdo tardío.
Y
caminamos hondo
sobre
cordilleras apagadas
donde
la bigornia se golpea con la ira de la soledad
y las
voces nos cantan a oscuras.
Ahí,
donde la llaga de la noche se hunde más allá de la mirada derrotada
hacia
el golpeteo del pico sobre la roca
en las
minas del corazón;
pero
esas manos no terminan de desmoronarse,
esas
manos de pantomima y mentira,
de
quienes edifican sombras grises sobre paredes desalojadas.
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