martes, 13 de febrero de 2018

MANUEL BECERRA





Plegaria última



Háblame de la lluvia ahora que el amor arde en la tumba y ya no soy faraón ni reina montado en tus hombros. Tú que llorabas por nosotros te sean devueltas las lágrimas por estos ojos en blanco de médium de nosotros tus hijos, que bien sabemos del ensueño.
          Tú que olías a madera y hoy tienes el perfume de los muertos, sea ahora tu calavera desnuda lo que llevo por corazón y me hinche el torrente de vida para la rosa. Háblame, de nuevo, de tus hermanos atados al camastro y de tu madre yéndose al cielo entre amapolas.
          Tú que tenías más de un ángel en tus movimientos y con tus labios besabas la herida, vuélveme hablar de la penumbra y que sea mi camino el de hablar solo entre los vivos.



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