Equinoccio
Ofrendé mi cuerpo y mi espíritu
por tu paisaje de ensoñación vagabunda.
Luego descubrí
[a destiempo]
que eran semillas
lo que manaba de mí
sobre la palma
de tu nada abierta.
Ahora soy yo quien mendiga
que me devuelvas
la extensión estival de mi leyenda
perdida contigo
y tu conspiración con el invierno.
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