Error
Elegir
lo roto por instinto estético, compasivo o de fe
es
hundirse en una manoseada noche de tolerancia.
Con la
delicadeza que se envuelve un vestido con papel, amamos
el
pasado de la rotura
queremos
volver a cuando antes de su avería.
Lo roto
no desea hermosearse, no puede componerse.
Hay
cosas que son rajadas, les gusta así. Esa es su gloria.
Cesante
ocio de lo que no funciona.
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