lunes, 20 de agosto de 2018

NÉSTOR PONCE





Dentista



esa mujer tenía prendidos unos ojos
como el arco iris
le salían arcos de las cejas
y del bozal
flores de amor

cuando aplicaba el torno
su profesionalidad era pasmosa
fruncía el ceño
como Einstein
cuando entonaba baladas marchitas

un día me estaba perforando una muela
aplicaba anestesias en las encías
agujas de medio metro
me entraban en la piel

sus ojos menta y miel
suspiraban de pura concentración
largaban destellos
que caminaban por las paredes
como ciempiés en fiesta de carnaval

doctora le dije entre tornos
líquidos antisépticos
pinzas y otros enseres
me estoy enamorando de usté

se quitó el bozal
con gesto impúdico:
yo también
respondió con voz de dentífrico
mientras de los ojos
se le derrumbaban
consultorios enteros:

jamás vi muelas tan hermosas



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