lunes, 13 de agosto de 2018

MARIO BOJÓRQUEZ




  
Eres el que no supo decir lo que deseaba
La codiciosa boca que el fruto no mastica
Que hecha a perder, arpía, banquete y festival

Eres el insaciado que mira con envidia
La insoportable alegría de los otros
El que se duele hasta los huesos por la inocente risa

Se te nublan los ojos por la ira
Se te hinchan las manos de cruel remordimiento
Se emponzoña tu sangre

Qué hoguera, qué abandono
Qué miserable eres a orillas de la vida



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