Ubi sunt
Todo
está en donde estuvo, todo late
en el
primer latir
de la
primera aurora cautivada,
y en su
cautivo corazón en pálpito.
Todo
fluye
en el
mismo fluir de un mismo río,
por el
agua tenaz de un cauce idéntico.
¿Acaso
es que no sientes en tu piel
la
salvaguardia de otra piel pretérita,
las
sangres centinelas de tu sangre,
las
sombras que fecundan a tu sombra?
¿No
sabes escuchar bajo la voz
los
coros primordiales de las voces,
ni el
ser de la palabra en cuanto somos,
ni el
eco de vivir en lo que hablamos?
Lo que
antes eran hombres hoy es tiempo,
las
mujeres que han sido son del aire,
la
arena vagabunda, nuestros hijos.
¿En el
volar, no ves el vuelo inmune?
¿No
amas, en el amar, el amor único?
A
fuerza de mudarse, nada cambia;
de
tanto discurrir, todo está inmóvil.
Hay una
sola frente pensativa
que
entiende la hermandad de cuanto existe
y en
cuanto ha muerto ve lo que no muere.
¿Qué se
fizieron, pues? ¿Dó los escondes?
Cierra
los ojos para ver más claro
y sal
fuera de ti para morar contigo.
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