Poemas del viejo Martín
Campo de
concentración, La Perla, 1979, mayo
cayeron
los soldados en casa de Martín
patearon
puertas y otras aberturas al mundo
contra
la pared los pusieron
a los
libros
apuntaron
contra
los estantes los pusieron
muertos
de coraje
temblequeaban
los versos
cayeron
pesadamente
de los
estantes
maltrechos
y con menos octosílabos
los
quemaban en Berlín
los
ejecutaban en La Plata
les
pegaban airadas irreverentes
las
balas
chispas
de papel carocoleaban en el aire
metáforas
curiosas se avivaban con el viento
se
pasaban datos las sinestesias
saltaban
tapias y horizontes los versos libres
llegaban
al calorcito de Los Hornos
helaba
afuera se mordían los labios en La Boca
en San
Telmo bailoteaban los fueguitos
y en tu
casa amor mío en tu casita
hacían
eco las complicidades
los
cuervos seguían chiflaban los balazos
en el
cementerio los muertos
se
escondían tras las cruces
de pura
y mísmisima piedad
se
metían bajo tierra
los
versos eran bichitos de luz
giraban
iluminados alrededor de la plaza
se
acostaban con la luna
se
levantaban con el puño
mareados
en el vino sideral
entre
los alcoholes de la última caricia
se
embriagaban de tanto mirarte a los ojos
se
hamacaban en tu ombligo
largaban
sombreros de colores a la sordera del mundo
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