miércoles, 1 de agosto de 2018

YULIANA RIVERA



  
Las niñas



Con su tez morena las niñas saltan
las piedras: figura de tamal verdadero;
tamales de manteca con cerdo y hoja de acuyo.
Vestigio del trópico; verde, huella del corazón.

Que hacía la tía Bertha.
Las niñas gritan:
¡Má, hay un machumbo en el patio!
Mientras, el sigiloso reptil trepa
la palmera preñada con sus penachos de huevas plumosas.

Las niñas, las hermanas Vivanco:
las juanchas, pily y mily, las huesudas,
chapucean en la tibia alberca bajo el calor
cuarenta grados centígrados.
Les gritan:
¡Sálganse ya del agua, chamacas!
les dolerá la cabeza y la comida ya está servida.

Tía Bertha y tío Franco (DEP) nos divisan
desde la cocina con un guiso de conejo en adobo
Tío Franco lo cazó, como a un toche,
y tía la Bertha preparó agua de guanábana,
porque el árbol ha florecido
igual que el aguacate en el patio.

¡Chamacas!, grita nuestra madre,
¡dejen de comer caña y nanche!

Hoy las niñas, húmedas en llanto se abrazan al recuerdo.
El aroma a laurel en el adobo se ha desvanecido con los años.
Ya no madura el calor a la caña,
a la guanábana,
al aguacate,
ni al nanche.


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