domingo, 9 de septiembre de 2018

BENJAMÍN VALDIVIA





Agua de hoy



Según leímos en el duro testamento
del espejo,
sobra espacio cada día en lo de ayer
y falta de mañana.
Trazos nuevos nos surcan la tristeza
y la fugada hora
en la que el amor un hálito de fuego
sopló sobre nosotros
corre a la sombra de lo ido.
Pocas hojas le quedan ya
a la esperanza.
Y un recuerdo de antiguos opimos frutos
revuela en la ceniza si miro para atrás.
Quiero beberlo y el día,
como el agua en un cuenco roto,
resbala de la mano.


De: “Temporadas perdidas”


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