domingo, 18 de noviembre de 2018

BENJAMÍN VALDIVIA




  
El sol no pide alabanzas



El sol no pide alabanzas por
alumbrar este deseo demasiado.
Ni la lluvia nos exige celebraciones
cuando humedece tu alegría y tu cabello
sobre otras partes del mundo.
Pero yo alabo al sol,
yo celebro la lluvia,
el canto del aire arracimado de armonías
que sólo saben ser cuando se escucha
reír tu edad satisfactoria
mientras te besa mi percepción oscura.
Las cosas son de tierra o fuego
una reverencial corona de sueño natural.
Sobre ellas, junto a ellas, conduces
el rango superior del carruaje de tu cuerpo.
Alabo y celebro el festival de las cosas,
su alegría tan casi semejante a mi alegría
bajo el sol o la lluvia.
Las migajas del tiempo se dan para los otros:
que repartan mendrugos con tristeza,
codicia, senectud interior o pesimismos.
Nosotros recorremos la ruta de lo nuevo,
la parsimonia de un secreto
que se asoma a la luz.


De: “Hablar en lenguas”



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