3
Llueve
ahuecada
lluvia en la que un cadáver pide limosna.
Nunca
había visto a un cadáver pedir limosna.
Los
pies caminan sobre la locura
ese
engendro que no cierra la boca.
Rinocerontes
son el perro y el por qué
audaces
son el sí y el no
el azar
se entiende con el quizá.
Sigue
la lluvia
ese
cadáver arde en dolor
llora
como lo hace un borracho
con
todo su cuerpo.
Desde
la migraña
quito
una lagrima de cebolla
y con
uno ojo abierto y otro cerrado
me
llega la realidad a palazos:
bajo la
lluvia
un
cadáver pide limosna.
De: “Pájaros huérfanos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario