viernes, 1 de febrero de 2019

MILTÓN MEDELLÍN


  


VI

[declaración de ausencia]
Homenaje a Efraín Huerta



No es sólo la ciudad
ni sus pasos
ennegrecidos de tedio a media noche.

Tampoco la nostalgia de neón
colgando en almacenes
y antros.
Llanto fosforescente de la urbe
que clama su compasión
y su miseria.

Botellas rotas, no.
Ni su licor de baja cepa
derramado por el pavimento.
Ni siquiera la colilla de cigarro,
como mi corazón tirada
en medio de la noche.
Apachurrada y negra.
Como mi corazón, alquitranada.

La planeación urbana de la carne
con sus calles de foco enrojecido,
la esporádica cita
que amenaza con volver a encendernos.
Podrían desfilar las amantes
por esta soledad citadina,
tampoco es el deseo.

Algo falta en mis manos
a pesar de que la ciudad es nuestra.
Algo atraviesa el costado de mi alma,
rompe la sangre en dos,
detiene inmisericordemente
el flujo de estos días con sus noches.

Hay una flama oculta en algún sitio
que esta ciudad condena.
Existe un corazón verdadero,
puro en su lasitud,
perpetuo en su bondad instantánea.
Permanece cerrado un tesoro,
un oro ensimismado y más brillante
que el sol de mediodía.

Un amor que conozco,
una mirada alegre que padezco,
una rara y misteriosa compasión
que se reparte al mundo
y no me pertenece.



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