viernes, 1 de febrero de 2019

RAFAEL TIBURCIO GARCÍA





Sexta tribulación: 21 de octubre



No me asustaron las aves
que comen las semillas de los árboles junto a mi cuerpo,
su réquiem vespertino.
No me espantó el aullido de los perros.
Incluso ahuyenté a los reptiles del jardín,
a los peces que me acompañaron en la caleta,
al gato que sin conocerme acarició mi ropa.
Tu creación a mi servicio
desperdiciada.

Y más que preguntarte, oh Señor,
de dónde les viene esa confianza que aumenta con el paso de los años,
cerraré mi puerta y esperaré, en el rincón menos oscuro,
a que se vaya la noche
y hasta el murmullo de las alas de un escarabajo
sonará como el grito de un demonio
cubriendo el desierto.


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