Perros del invierno
Llegan
noticias de mi ciudad.
Enloquecieron
los perros
como
enloquecen los vientos
o las
flores que nadie mira.
Perros
que quizá
una vez
fueron Toby
o Negro
o Lola
reunidos
en las calles
mordiendo
el aire
sus
sombras
los
cuerpos que atraviesan
el
reino transparente del invierno.
En
geografías lejanas
los
hechos extraños duplican
la
extrañeza.
¿Se
acordará la gente?
¿Se
acordará?
Hablo
de un verbo en desuso:
acordarse
es irse del olvido
y
también despertar,
ponerse
cuerdo.
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