Buscador
Luego
de cenar
el
último alimento de la pesca
corríamos
a buscar a la mujer
en
todos los costados de la vida.
Buscábamos
mirarlas
por
entre sus túnicas cerradas
y
hallar en sus corpiños
la luz
del nuevo día.
Ellas
nos miraban como ver llover,
como un
anuncio de tormenta.
Éramos
solo adolescentes
que nos
faltaba sol en las costillas.
Las
mujeres se reían desde las azoteas de sus miedos.
Alguna
lloró, pero las más se carcajeaban,
mientras
masticaban un polvo de estrellas,
regalo
del sol del otro día.
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