domingo, 17 de febrero de 2019

XAVIER OQUENDO




  
Buscador



Luego de cenar
el último alimento de la pesca
corríamos a buscar a la mujer
en todos los costados de la vida.

Buscábamos mirarlas
por entre sus túnicas cerradas
y hallar en sus corpiños
la luz del nuevo día.

Ellas nos miraban como ver llover,
como un anuncio de tormenta.

Éramos solo adolescentes
que nos faltaba sol en las costillas.

Las mujeres se reían desde las azoteas de sus miedos.

Alguna lloró, pero las más se carcajeaban,
mientras masticaban un polvo de estrellas,
regalo del sol del otro día.




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