lunes, 13 de mayo de 2019

JOHN HAINES






La ciudad de Snowbound



Yo creo en esta magnificencia estancada,
este agitado caos de tráfico,
una bestia con columna rota,
su voz ronca encapuchada en plumas
y niebla los ojos desconcertados
guiño ámbar y oscurecer lentamente.

De hombres y mujeres caminando de repente,
tropezando con pequeños trineos
en busca de casas tibetanas
polvo de una montaña lejana
ya blanquea sus hombros.

Cuando cae la noche en montones borrosos,
un hombre perdiendo el camino entre las iglesias
y los patios de la escuela se sienten bajo su mano fría
los pensamientos de piedra de esa ciudad,

intransitable para todos menos unos pocos niños
quien entró en la vida oculta
de cuevas e incendios de invierno,
sus caras brillando con desastre.


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