viernes, 30 de agosto de 2019

ÁNGEL PÉREZ ESCORZA





Lo que no se dijo

A Alejandra Craules, por tu silente belleza.



¿Pero quién? ¿Quién es el indicado
para uno
si no es uno mismo?

La noche cierra los ojos y la vida sale al mundo
vestida de frac,
tropezando una y otra vez
con la muerte simultánea
de uno que otro peatón extraviado.
Transpiro en exceso
lo que no se dijo
para no quedarme mudo
                          para no especular de más.

Llevo en mis cuencas
la simiente sicalíptica de tu cuerpo
acariciando mis manos.
He ablucionado mis propias mentiras
para salpicar de esperanza el sano juicio
que fue en mí, antes de ti.

La lengua purga con nostalgia,
se condimenta en montañas de sal
disueltas con tequila
y aún así, no logro hallarte.

He congelado el portentoso brillo
de tus labios
y lo resguardo en las sombras del futuro
para no morir de frío.
Masturbo las estrellas,
para no expulsar los demonios beatificados
por tu éxtasis.

Si hay algo que no dije
o valga mi hambre dejar morir,
es que por siempre y para siempre

                                                            me callo.



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