Ave
y Eva
Me resisto a la idea de ser
aquel niño que vivió en mi boca: recuerdo
caer al suelo,
hacerme mil pedazos.
La habitación, limpia solo para mí;
la habitación
y este trozo de carne,
estirpe nómada ante el espejo.
Me miro en el cristal
y hay un animal huyendo del fuego,
una jauría con principio de hombre
o un desastre con nombre de niño.
Por eso busqué en el incendio la excusa y en
el aire el pretexto,
por eso me arranco la barba
con la mano que antes me besabas.
No hubo salvación para este pájaro,
juro que hice lo posible para domesticar la
espera.
Ahora dejo que la tierra tape los huecos de
la piel.
Digo casi
no soy
mientras celebro los dos bultos de mi pecho.
Escribo la palabra ave, leo la palabra Eva.
Bajo este cielo ya no hay lengua que me
nombre.
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