Lorena
que
estaba en mi mano suave y tembló
como
un pájaro nuevo y pensé acerca de
la
autoridad y cómo siempre insistió
sobre
sí misma, cómo fue maestra
del
hombre, cómo supo medirlo, nunca
fue
ignorada o negada, y cómo prometió
aquí
que habría dulzura si era obedecida
como
hacen los santos, como los ángeles
y
yo abrí la ventana y le tendí mi
mano;
juro por Dios
pensé
que podía volar
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