miércoles, 23 de octubre de 2019

LUCILLE CLIFTON


  


Lorena



que estaba en mi mano suave y tembló
como un pájaro nuevo y pensé acerca de
la autoridad y cómo siempre insistió
sobre sí misma, cómo fue maestra
del hombre, cómo supo medirlo, nunca
fue ignorada o negada, y cómo prometió
aquí que habría dulzura si era obedecida
como hacen los santos, como los ángeles
y yo abrí la ventana y le tendí mi
mano; juro por Dios
pensé que podía volar


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