Qué fácil perder la fe
Vino
el caballo y el carruaje.
Los veo. Creo en ellos.
Los veo. Creo en ellos.
Está
anocheciendo.
Vino
el caballo y el carruaje.
Pero ya el caballo tenía otro caballo.
Y el carruaje —otro carruaje.
Paseaban los grandes bultos
de sus sombras
por las limas de las acacias.
Pero ya el caballo tenía otro caballo.
Y el carruaje —otro carruaje.
Paseaban los grandes bultos
de sus sombras
por las limas de las acacias.
Y
ya era difícil creer
en caballo y en carruaje
en caballo y en carruaje
No hay comentarios:
Publicar un comentario