Último invierno en Taormina del Barón Von
Gloeden
Si,
en este atardecer tan frío, la Belleza
Requiere
a su cronista, urgente él corre a ella
Y
fija y diviniza
Aquí
estos suaves muslos, ahí esos ojos negros.
Sobre
la fría arena, adolescentes
Desnudos
representan, peor que actores pésimos,
A
un esbelto chapero o Apolo de arrabal,
A
un Hermes de extrarradio rascándose la pelvis,
A
un rijoso Eros agitando la lengua.
Expira
en un nocturno perfumado de luna.
Y
sólo queda el mar,
Para
siempre,
De
un sepia luminoso.
(06/1984)
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