Paloma mancillada
Seamos sinceros: la dama no fue furcia hasta que casó con
un abogado de empresa que la encontró entre las
chicas del coro de un espectáculo de Ziegfeld.
Hasta entonces, nunca se quedó con el dinero de nadie,
y pagó sus medias de seda con lo ganado cantando
y bailando.
Amó a un hombre que amó a seis mujeres, y tanto tráfago
a ella le cambió la cara: le exigía más y más dinero
en afeites, sumas elevadas para los médicos de
belleza.
Ahora conduce ella sola un coche largo y vendido bajo
cuerda, se entera por los periódicos de los
tejemanejes de su marido en la comisión interestatal
de comercio, ha de comprar corsés de tallaje mayor
a cada año que pasa y a veces se pregunta cómo se
las apaña un hombre con seis mujeres
Seamos sinceros: la dama no fue furcia hasta que casó con
un abogado de empresa que la encontró entre las
chicas del coro de un espectáculo de Ziegfeld.
Hasta entonces, nunca se quedó con el dinero de nadie,
y pagó sus medias de seda con lo ganado cantando
y bailando.
Amó a un hombre que amó a seis mujeres, y tanto tráfago
a ella le cambió la cara: le exigía más y más dinero
en afeites, sumas elevadas para los médicos de
belleza.
Ahora conduce ella sola un coche largo y vendido bajo
cuerda, se entera por los periódicos de los
tejemanejes de su marido en la comisión interestatal
de comercio, ha de comprar corsés de tallaje mayor
a cada año que pasa y a veces se pregunta cómo se
las apaña un hombre con seis mujeres
De:
"Sombras":
Versión
de Miguel Martínez-Lage
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