jueves, 20 de febrero de 2020

IRIS KIYA





Disquisiciones para cortometraje



Dime niña,
tus cabellos se impregnan de avena,
tu cabellera pendenciera
tu cabellera enciende
              el dolor de los túneles
y las luciérnagas se hacen más amarillas cuando
se adelantan al viento del atardecer
cuando los trenes crepitan en los andenes
Dime niña,
¿alguna vez te gustó jugar al póker?
intuyo que cada partida era un as para levantar los muslos
¿alguna vez te gustó medir la distancia en los mapas que eran regalo para los infantes?
Dime niña,
¿A dónde vas?
tus cabellos se impregnan de avena,
tu cabellera pendenciera
tu cabellera se enciende en la noche cuando dejas Ítaca
          los pasajeros que juegan al póker contigo
jamás entenderán porque necesitan cuatro ases para llegar a Ítaca
            siempre se vuelve a Ítaca
Dime niña,
aquellos zapatitos negros tuyos
no podrán nunca llegar a la ciudad que anhelaba Kavafis
a menos que muestres tus labios,
aquellos que se torcieron como la trompeta de Chet Baker
no me sirven tus zapatitos negros
sé que estás de luto
Dime niña,
¿por qué tu cabellera de avena se esconde en la noche de los tulipanes?
en las tazas de madera que incineran café y azafrán,
en las enaguas de tus vestidos que no tienen más que hilos acordonados por las Moiras
Dime niña,
¿por qué no vuelves a Ítaca?


Márgenes infrarrojos
L´image, une forme de violence
Milton Steiner – Compilador


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