jueves, 20 de febrero de 2020

INGRID BRINGAS





Nueces



En la humedad de mis manos se posó un pájaro
sus alas sobre mi palma rompiéndose como dos nueces
la quietud de su corazón era honda
su canto frondoso
escuché su propia voz
que era mi canto – sus plumas brillantes
lo solté
sacudió mi desgarrado silencio que ostenta la alegría
en el fondo de mi pecho.


No hay comentarios:

Publicar un comentario