“ESTA
PIEDRA QUE AMA, Y AÚN BUSCA
expresarse
por su lodo o su brillo,
esta
piedra con lluvia, que escapó
a
todo edificio, sumergida
en
el trote de las bestias como en un río,
esta
piedra en que suena la llanura,
sobre
la cual el agua lanza
su
queja, esta piedra que el arroyo,
que
el viajero maldice con torpe remolino de palabras,
esta
piedra dura, barrosa,
pelada,
desnuda, oh Gelsomina, tendrá su razón, tendrá
su cifra
pues
si no, qué sería de los astros
y
sus órbitas fijas, los enormes ojos de su desconcierto
cuando
en la noche le hablan como a pequeña hija…
(En
esa piedra tropezó el camino,
en
esa piedra que no ama
y
está bajo los cielos, ignorante
de
todo, asno parado sabiamente.)
Toma
esta nube ciega, guárdala en tu mano,
este
pedazo de agua dormida, que no puede llorar,
responde
a la sonrisa de su brillo
humilde,
tenla en cuenta, no la arrojes,
esta
piedra que ama, sola, dura,
desnuda,
áspera, barrosa,
esta
piedra que ama, no la dejes, guárdala en tu mano.
O
déjame rodar, y besar tus caminos.”
a M.
P. R.
De: “Da capo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario